Sabías qué...?

El circo representa una importante parte de la cultura humana, una noble empresa construida a lo largo de muchos siglos, prácticamente desde que el hombre empezó su cultura (Eduardo Murillo en Jané et al, 1994: 35).

  Antiguas civilizaciones, (aprox. hace 3.000 años) desde el lejano oriente (China, Mongolia, India, etc.) hasta el occidente próximo (Grecia, Roma, Egipto, etc.), nos han dejado un legado cultural con actividades que hoy relacionamos como parte del contenido circense, como la acrobacia, el contorsionismo o el equilibrismo, tenían una utilidad altamente relacionada con la preparación de guerreros, con los rituales religiosos y con las prácticas festivas (Viveiro de Castro, 1998). Fueron los romanos quienes en la antigüedad dieron el nombre «circo» a las actividades de entretenimiento, o mejor dicho, a los espectáculos públicos. 


Coliseo de Roma
Sin embargo los historiadores dicen que la idea de circo como tal empezó a desarrollarse en la Edad Media, con los saltimbanquis, que andaban de pueblo mostrando sus habilidades en los saltos y las acrobacias.

El primer circo moderno, como nosotros los conocemos, fue inaugurado en Inglaterra el 9 de enero de 1768 por Philip Astley en Londres.





Como dato curioso destacar que se detectan los primeros rastros de la presencia del circo en España en una talla visigótica de Santa María del Naranco


En las jambas de la iglesia se encuentras talladas en piedra una de las pocas muestras de decoración escultórica del arte asturiano, que están labradas con escenas circenses, inspiradas en una obra de época romana: El díptico Aerobindo.


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